Los autobuses sin conductor han sido noticia a lo largo de todo el año. Son varios ya los países que han implementando esta tecnología, como modelo de prueba, en trayectos de pequeñas ciudades que comunican vías poco transitadas: Grecia, Italia, China, Suiza… Los partidarios de una red de transporte público automatizado resumen sus ventajas en tres puntos: mayor seguridad, aumento de eficiencia y economización.

Con la presencia de un servicio completo de autobuses sin conductor que conecte todos los puntos de la ciudad, se pretende que aquellos ciudadanos que utilizan sus vehículos principalmente en el corazón de la ciudad, se animen a vender sus coches y se beneficien de la eficiencia de un sistema automatizado, participando de esta manera en una economía más verde para el planeta pero, ¿cuál es la realidad de estas ventajas?

Mientras que podría ser cierto que un sistema de autobuses robotizados optimizaría en alguna medida el tiempo de los viajes, estando programada la distancia y frecuencia con la que circularían – además de la asignación de carriles exclusivos para los mismos -, Luca Guala (consultor de la firma Mobility Thinklab que ha equipado a Italia de autobuses automatizados) asegura que el ahorro de tiempo en la carretera no sería especialmente destacable.

La mejora en seguridad es también cuestionable, ¿cómo se afrontarían los posibles conflictos dentro del autobús sin la presencia de un humano responsable del medio? El conductor ofrece un trato personal irreemplazable: desde llamar a servicios de emergencia hasta informar sobre rutas o paradas más convenientes. En ciudades especialmente turísticas, el conductor de un autobús hace a menudo el papel de guía de turístico, ofreciendo información sobre puntos destacables de la localidad y conexiones que facilitan el acceso a los mismos.

Con la implantación de autobuses automatizados se eliminaría un coste importante en personal, ¿qué ocurriría con los conductores que han dedicado toda su vida al mundo del transporte público? Los trabajadores del sector del transporte que siguen las noticias sobre estas nuevas tecnologías en la carretera se hacen la misma pregunta.

En una situación ideal, se seguiría el ejemplo de Vancouver’s SkyTrain, que ha relocalizado a los conductores en puestos de apoyo acordes a su formación profesional, como por ejemplo inspección de billetes o técnicos. La robotización de los medios de transporte es ya una realidad, ¿serán los conductores de autobuses una historia del pasado que contar a nuestros nietos?